Hoy en día, los dispositivos móviles son un apéndice más de nuestro cuerpo: vivimos "pegados" a ellos. Probablemente es lo primero y lo último que vemos cada día al programar y apagar la alarma. E-mails, recordatorios, notas, redes sociales, fotos, etc., son algunas de las herramientas que más usamos a diario. Es por esto que cada vez son más las empresas que optan por lanzar una aplicación móvil.
Dada la penetración que las aplicaciones móviles han conseguido entre los usuarios, las empresas las pueden usar para una comunicación rápida y, sobre todo, muy efectiva. De manera instantánea y desde cualquier lugar, los clientes pueden acceder a los productos y servicios de su empresa contando con una mínima conexión a internet.